Represas paralizadas por un peligroso reclamo de los vigiladores privados

La mayor obra pública del país se ve paralizada por el reclamo de vigiladores privados, generándose una pérdida de unos $ 130 millones. Ayer se apoderaron de un camión cisterna de YPF y amenazaron con prenderle fuego si no le restituyen sus puestos de trabajo. La UTE indicó que el contrato fue incumplido y aclaró que finalizó y desmintió que hubiera sido rescindido.

El camino hacia las represas hidroeléctricas Cóndor Cliff y La Barrancosa (El Calafate) permanece bloqueado por el reclamo de vigiladores privados que pertenecen al gremio UPSAP, conducido por Julio Gutiérrez.

Ayer se supo que las negociaciones entre la UTE Represas Patagonia y la empresa se rompieron y los trabajadores recrudecieron su accionar, tomando un camión cisterna de YPF que se encontraba en el lugar y amenazando con prenderle fuego.

Frente a este estado de máxima tensión, la petrolera de bandera nacional comunicó su determinación de “no llevar combustible hasta que cese el riesgo que generan las acciones de aquellos trabajadores”. Así, el desarrollo de la obra pública más grande del país, que se sostiene en un contexto adverso para Argentina, se ve interrumpido por un reclamo de vigiladores que no pudo ser encaminado hacia la solución en una mesa de diálogo.

Antecedentes

En las últimas semanas, el conflicto entre las partes se instaló ante la finalización del contrato entre la UTE y la firma Fortaleza. Desde la Unión Transitoria de Empresas indicaron que “el contrato no fue rescindido, sino que finalizó” y repitieron que “fue incumplido reiteradas veces por la empresa de seguridad privada Fortaleza”. Uno de los incumplimientos, según dio a conocer Represas Patagonia, es la no incorporación de personal femenino “para el control de ingreso del personal que se desempeña en el campamento, se trata de una mirada de género necesaria en los tiempos actuales”. “Tampoco se vio reflejado en los salarios de los empleados el constante incremento del contrato de Fortaleza hacia la UTE”.

Así, ante la salida de los vigiladores, hubo presencia policial para custodiar el predio en que se edifican las represas. Ante la presencia policial, los vigiladores aseguraron que eran reemplazados por los efectivos. Sin embargo, en las diferentes consultas realizadas por este medio, desde Represas Patagonia aseguraron que no hay “un reemplazo de policías por trabajadores. Como en muchos casos, la seguridad privada convive con efectivos policiales”.

Además, no debe perderse de vista que la UTE es responsable de cuidar todo lo relativo a las represas, pues al contar con un contrato con el Estado argentino, la compañía debe asegurarse de resguardar los materiales, maquinaria, personal, entre otros.

En cuanto al curso de las negociaciones, Represas Patagonia aseguró que se encuentra a la espera de un buen gesto del gremio UPSAP y de la totalidad de los trabajadores. A pesar de los momentos tensos que se vivieron este jueves, dieron cuenta que hubo un compromiso de contratar a 20 vigiladores de Fortaleza, “pero el sindicato pretende imponer que se sume la totalidad”, es decir los 60 que prestaron servicio. “Se continúan las negociaciones y se espera voluntad del gremio, algo que no parece existir, ya que desde un sector mostraron hostilidad, poniendo en riesgo la vida de cientos de trabajadores y afectando el patrimonio del Estado al amenazar con prender fuego un camión de YPF”, indicó la UTE.

En este sentido, alertaron que el accionar de UPSAP traerá consecuencias negativas al desarrollo de las represas hidroeléctricas, además de afectar el normal desempeño de los 2 mil trabajadores que se encuentran en el campamento.

“El accionar de un grupo que considera que amenazando con prender fuego el camión de YPF o impidiendo el ingreso de comida e insumos al campamento es la solución, genera pérdidas que ya equivalen a 130 millones de pesos en lo que va del conflicto. En un contexto de crisis como el que atraviesa el país y al que la región no es ajena, estas acciones perjudican no sólo el proyecto, sino la imagen del país en el marco internacional, ya que los inversores chinos ven con preocupación la situación”, señalaron.

También postularon que la represa había tomado un ritmo positivo de trabajo, lo que permitía unos 150 ingresos laborales mensuales. Pero ahora todo se ha paralizado. Por último, se supo que UOCRA y Camioneros desmintieron haber dado “apoyo al accionar de este grupo de trabajadores que impide el normal desarrollo del trabajo, el ingreso de alimentos y combustible”.

(Fuente: La Opinión Austral.)