Dos hombres fueron condenados a 4 años de prisión por trata

El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de la provincia de Santa Cruz condenó a dos hombres y a una mujer por el delito de trata de personas en un caso que data de octubre de 2008. La víctima fue engañada en Formosa, manifestándole que en Río Gallegos iba a trabajar en una casa de familia y terminando en un bar explotada sexualmente.

Dos hombres y una mujer fueron condenados por el delito de trata de personas. Los sentenciados son Jorge Ernesto Flores Oviedo (62) y Alberto Domingo Irasmai Moreno (48), a 4 años de prisión de cumplimiento efectivo, por ser autores penalmente responsables del delito trata de personas en un caso que data de octubre de 2008. Ambos hombres fueron detenidos inmediatamente luego de conocerse la sentencia, tras el juicio abreviado.
En tanto que Liliana del Valle López González (41), por ser partícipe secundaria del delito trata de personas, fue condenada a la pena de 2 años y 8 meses de cumplimiento en suspenso. No obstante, deberá fijar residencia y someterse al contralor del Patronato de Liberados correspondiente a su domicilio, absteniéndose de consumir estupefacientes y abusar de bebidas alcohólicas.
El tribunal estuvo presidido por el juez Mario Gabriel Reynaldi, acompañándolo Alejandro Joaquín Ruggero y Jorge Eduardo Chávez, con la asistencia de la secretaría a cargo de Griselda Arizmendi.
Flores Oviedo, oriundo de Mendoza, estuvo asistido por los abogados Gabriel Bertorello y Carlos Muriete.
En tanto que López González de Rosario de Lerma (Salta) e Irasmai Moreno de Formosa fueron asistidos por defensora oficial Ana Pompo. Mientras que se desempeñó como fiscal general el señor Gonzalo Miranda.

Engaño y amenazas
En el requerimiento de elevación a juicio, el fiscal sostuvo que Irasmai Moreno hubo de captar a MEG (se preserva la identidad de la víctima) mediante engaños de falsas promesas laborales para forzarla a ejercer la prostitución. Entre mediados del mes de septiembre y mediados del mes de octubre de 2008, este sujeto, con la colaboración de López González, trasladó y recibió a la víctima en un domicilio de esta ciudad con el propósito de ser explotada bajo la modalidad de comercio sexual, realizando “copas” (acompañamiento) y “pases” (relaciones sexuales) con los clientes del bar denominado “Graciela”, sito en calle Ameghino, obteniendo provecho económico de dicha actividad los acusados más Flores Oviedo, titular del local comercial.
El fiscal indicó que los imputados se aprovecharon de la situación de vulnerabilidad de la víctima, por necesidades económicas y carencia de trabajo, utilizando falsas promesas de buenos ingresos y mejor calidad de vida que constituyeron sólo engaños, dado que retuvieron a la víctima por casi un mes empleando amenazas contra su vida y la de su esposo.
Entendió la Fiscalía de Instrucción que la conducta examinada encuadraba en el delito de “trata de personas”, previsto y reprimido por los arts. 2º y 4º, inc. c) de la Ley 26.364 y el Art. 145 bis del CP, debiendo responder en calidad de autores.
La víctima y su pareja relataron que a mediados de septiembre de 2008, Irasmai Moreno le propuso a la madre de la mujer que la convenciera para viajar a Río Gallegos como empleada doméstica, en casa de familia con cama adentro, habiendo incluso espacio para su pequeña hija de 2 años de edad. A fines de septiembre de 2008, el acusado se comunicó nuevamente para explicarle que la propuesta implicaba una mejora económica y que mensualmente ganaría aproximadamente 2.500 pesos, más casa y comida. Le comentó también que no debía afrontar los gastos del viaje, ya que la dueña de la casa a la que iría a trabajar le facilitaría el dinero, girándole 650 pesos que cobró en el Banco de la Nación Argentina, sucursal Formosa, el día 29 de septiembre de 2008.
Al otro día la mujer partió con su hija desde Formosa en un colectivo de la empresa Tramat, arribando a Río Gallegos el 3 de octubre por la mañana. En esta ciudad la estaba esperando en la terminal de ómnibus local el propio Irasmai Moreno, quien la llevó hasta su domicilio de calle Juan B. Justo.
Al día siguiente de su llegada se acercó a esa vivienda una tal “Paola”, que luego se conoció era López González, quien le dijo que en realidad debía trabajar en un bar como mesera, sin darle mayores detalles.
Al llegar la noche del sábado 4 de octubre, el imputado la acompañó hasta un bar denominado “Graciela”, allí se entrevistó con una tal “Nazarena”, quien le dio ropa sugestiva, le explicó que debía “atender” a los clientes y realizar “copas” y “pases”, lo cual consistía en entrar a las habitaciones y tener sexo con los clientes. Según el expediente, la copa costaba 40 pesos y los “pases” iban de 80 a 300 pesos.
Esa primera noche se negó a realizar esos “pases” y a la noche siguiente se entrevistó con la nombrada “Paola”, quien le informó que fue ella la que había pagado su pasaje y que debía cancelar esa deuda trabajando aunque no quisiera, ya que le debía ese dinero, por lo que la obligaron a trabajar.
Indicó también que “Jorge” (Flores Oviedo) la llevó a sacarse fotos para iniciar los trámites de la libreta sanitaria, sacando turno en la Municipalidad.
Expresó que el día 6 de octubre llegó su marido a esta ciudad, alojándose junto a ella y su hija en casa de Irasmai Moreno. Pasados unos días, juntó coraje y le confesó a su marido sobre su verdadero “trabajo” y que debía cancelar una deuda, insistiendo a su pareja que la dejara trabajar, ya que sólo era mesera.
Expuso que como tenía que devolver esa plata, tuvo que seguir trabajando hasta cancelar la deuda, ya que si no lo hacía el dueño de casa le había advertido que podría pasarle algo a su hija, amenazándola también a ella.
Frente a ello, por las amenazas recibidas, continuó trabajando desde el 6 al 12 de octubre, día en que decidió irse junto a su marido a la casa de un amigo -donde quedó su pareja alojada-, pero ella regresó con su hija para no levantar sospechas, abandonando definitivamente la casa donde estaba retenida el 14 de octubre, a pesar de las amenazas de muerte del ahora condenado.
En dos ocasiones, Paola y Jorge -dueño del bar “Graciela” y de otro llamado “Laura”- se presentaron en la vivienda donde se había resguardado la mujer para llevarla a “trabajar”, avisándole que ya no trabajaría más en ese local. López González le exigió bajo amenazas que debía cumplir sí o sí 45 días de trabajo. Enterado de esto, Irasmai Moreno insistió con las amenazas de muerte contra su familia.
Luego la víctima realizó la denuncia, hubo allanamientos y se detuvo a los que luego fueron condenados.

Modalidad delictiva
Para el fiscal los elementos probatorios, que incluyen tareas de investigación, informes, secuestros de elementos de interés y declaraciones testimoniales, permiten sostener que, mediante engaños y bajo amenazas, a MEG se la captó, se la trasladó y se la acogió en esta ciudad para someterla a explotación sexual ejerciendo la prostitución.
También consta en el expediente que la Dirección de Salud Pública de la Municipalidad de Río Gallegos informó que la víctima tramitó la obtención de la libreta sanitaria tipo “D” el 6 de octubre 2008, no finalizando dicho trámite para la entrega de la libreta.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Formosa informó que en los autos: “Flores, Jorge Ernesto – Irasmai, Alberto Domingo s/ Infracción Ley 26.364”, Expte. N° 3.004, el hecho ventilado en Formosa poseyó idénticos protagonistas y una similar modalidad delictiva, pero con diferentes víctimas.
El tribunal local consideró que las acciones de los tres imputados fueron conducentes para obtener un rédito económico proveniente de la explotación sexual de la víctima. Los jueces compartieron el encuadre jurídico y el grado de responsabilidad definido por el fiscal general, motivos por los que se estableció la pena.

(Fuente: La Opinión Austral/Foto archivo.)