Continúa detenido en la Comisaría Primera. La jueza espera informes de pericias escopométricas y balísticas. También, una psicológica. El exempleado judicial está imputado por “abuso de arma y daño agravado”. Los detalles de un hecho conmocionante.
Hoy se cumple una semana desde que Roberto Puebla, “el tirador de la ría”, se negó a declarar ante la jueza Marcela Quintana. Desde entonces, corren los diez días hábiles que la magistrada que entiende en la causa por “abuso de arma y daño agravado”, posee para resolver su situación procesal.
El hombre, exempleado judicial, se tiroteó afuera de su casa en el barrio Jardín de Río Gallegos con la Policía la mañana del 22 de noviembre, luego de escapar de un control vehicular que realizaba Tránsito Municipal.
Tras una intensa negociación en la que debió intervenir hasta su hermano para convencerlo de que desistiera de su violenta actitud, se entregó y quedó detenido. Desde entonces,está alojado en la Comisaría Primera.
Las autoridades le secuestraron un arsenal.Más de 20 armas largas y cortas. Algunas de ellas con manchas de sangre y disparadas.
Fuentes consultadas por La Opinión Austral precisaron cuáles son las pericias que la Justicia ha requerido en el marco de este caso que conmocionó a la capital santacruceña y en el cual, de milagro, no terminó con personas lastimadas.
La jueza, que mantiene a Puebla detenido hasta dictaminar su suerte procesal, espera por una serie de medidas a fines de conocer fehacientemente cómo fue el enfrentamiento entre él y los policías actuantes.
Se trata de una pericia escopométrica y otra balística. Además, se pidió una pericia psicológica y una psiquiátrica, informaron fuentes de este diario. Todas están en producción.
Con respecto a la primera, entendidos en la materia marcaron a LOA que se trata de una “medición y descripción gráfica y objetiva” de cómo fue el hecho. Es decir, se detallará como fueron las proyecciones de disparo (tanto de Puebla como de los policías), la cantidad de municiones utilizadas y los impactos, entre otros detalles que ayudarán a esclarecer, por ejemplo, quién tiró primero.
Es de remarcar que todos los testigos apuntan que fue el vecino el que disparó primero a los policías. La pericia escopométrica, lo corroborará.
Algunos de los testimonios marcan que Puebla, antes de ingresar a su casa y subir al balcón desde donde disparó, gritó: “ahora se armó la guerra”, “van a morir todos”, “voy a dejar la cag…”, entre otras frases amenazantes.
Este análisis ayudará también a saber -junto con el testimonio de testigos- dónde estaba posicionado cada tirador y si los disparos de Puebla fueron hacia una persona en particular o no.
También se busca determinar si las armas secuestradas estaban en condiciones de disparar, además de cotejarlas con las municiones secuestradas.
Puebla, aparentemente, disparó con una pistola calibre .380 (parecida a una 9mm) y una 125.
Fuente: La Opinión Austral
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