Kingma pide designar una plaza con el nombre de “Dr. René Gerónimo Favaloro”

El concejal Juan Manuel Kingma presentó un proyecto de Ordenanza para solicitar al Municipio que designe a una plaza de la ciudad con el nombre del Dr. René Favaloro. El proyecto, que ingresa en la sesión de este jueves, implica un homenaje y un reconocimiento a uno de los profesionales médicos más destacados que tuvo nuestro país del cual recientemente se cumplió un nuevo aniversario de su fallecimiento.

El concejal pide que se designe con su nombre a la plaza de la salud ubicada en la manzana 738 entre las calles Ramón y Cajal, Batalla Puerto Argentino, José Ingenieros y Rogelio Yrurtia de nuestra ciudad Capital, que actualmente no presenta nombre por lo que consideró adecuado bautizarla como “Plaza de la Salud Doctor René Favaloro”.

En sus fundamentos, Kingma detalló que el Dr. René Gerónimo Favaloro, nació el 12 de Julio de 1923, en la Plata provincia Buenos Aires y falleció el 29 de Julio del año 2000. Fue un educador y cardiocirujano argentino, reconocido mundialmente por ser quien desarrollo el bypass coronario con empleo de la vena safena.

Siempre estuvo comprometido con el conocimiento, ya que su abuela materna le transmitió su amor por la naturaleza y la emoción al ver cuando las semillas comienzan a dar sus frutos, dedicándole a ella su tesis del doctorado.

Estudio medicina en la Universidad Nacional de la Plata, donde se doctoró con una tesis sobre el íleo (obstrucción intestinal). Una vez recibido, previo paso por el hospital Policlínico, se mudó a la localidad de Jacinto Aráuz para reemplazar al médico local, quien tenía problemas de salud.

Su interés en la cirugía torácica, lo llevó a investigar en la clínica de Cleveland, Ohio en los años 60, una técnica para utilizar la vena safena en las cirugías coronarias, en 1970 regresa a Argentina a operar al sanatorio privado de Güemes de la mano de su amigo el cardiólogo intervencionista Luis de la Fuente quien se lo propuso y lo convenció.

El 9 de mayo de 1967, en la Cleveland Clinic, en Estados Unidos, una mujer de 51 años era operada utilizando una nueva técnica que revolucionaría la cardiología mundial: una operación de bypass aortocoronario. Al frente de esa cirugía estuvo el doctor René Gerónimo Favaloro. Cincuenta años más tarde, la técnica sigue vigente y, gracias a ella, se salvaron millones de vidas.

A principios de 1975 fundó la Fundación Favaloro para la investigación y la docencia médica, es una ONG Argentina dedicada a la asistencia médica, la docencia y la investigación. Las actividades se desarrollan a través de dos instituciones, la Universidad Favaloro y el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular. Durante varios años financió con sus propios recursos la mayor parte de los gastos.

Fue miembro de la CONADEP (Comisión Nacional por la Desaparición de Personas), condujo programas de televisión dedicados a la medicina y escribió varios libros, etc.

El 29 de julio del año 2000, el mismo día del cumpleaños de su amigo y cardiólogo Luis de la Fuente (1932), quien lo había convencido de volver a la Argentina, Favaloro se encerró en el baño de su casa y se disparó un tiro en el corazón.

Tras el desenlace fatal, se conoció que Favaloro había dejado en su departamento siete cartas cuyo contenido se reveló parcialmente. En una de ellas, dirigida a las autoridades competentes, dejaba en claro que había decidido quitarse la vida, y explicaba que la crisis económica que atravesaba la Fundación Favaloro había sido el desencadenante de su determinación, expresando que la sociedad Argentina necesitaba de su muerte para tomar conciencia de los problemas en los que estaba envuelta.

Favaloro expresaba su cansancio de «ser un mendigo en su propio país», luego de los reclamos enviados al entonces presidente de la Nación Fernando de la Rúa, en los cuales solicitaba entre otras cuestiones el pago de las deudas millonarias que mantenían con su fundación varias obras sociales, siendo la más abultada la contraída por PAMI.

Dado que fue un prestigioso médico y educador, ya que la esencia de su espíritu iba más allá de su vocación y era mucho más profunda: calaba en los valores que le fueron inculcando en su casa y en las instituciones donde estudio, sobre esa base edificó su existencia.