Aún quedan cientos de familias inundadas

En diferentes puntos de Comodoro Rivadavia aún hay viviendas inundadas por el temporal de lluvia que la última semana destruyó a gran parte de la ciudad. El barrio Juan XXIII, en la zona sur, es uno de los más afectados. Ayer un equipo de El Patagónico recorrió el sector donde los vecinos -muchos de los cuales se autoevacuaron en las horas más críticas- contaron lo que les toca vivir: más de un metro de agua, cloacas colapsadas, la pérdida de casi todos sus bienes y la incertidumbre de saber cuándo podrán volver a sus casas.

El panorama es desolador: una utilitaria hundida en el barro hasta la ventana del conductor, vecinos sacando el lodo del interior de una vivienda y una mujer llorando sin poder creer cómo quedó lo que hasta hace unos días era su hogar.
El barrio Juan XXIII está colapsado desde la avenida Patricios hasta la calle Congreso, donde se encuentra la terminal de transporte urbano de Patagonia Argentina. Ayer la postal era deprimente, con gente trabajando a destajo para poder sacar el agua y el barro que aún tenían en el interior de sus casas. Es que a seis días del inicio temporal aún hay viviendas completamente inundadas.
Ariel Daniele, un habitante de Manuela Pedraza al 3.100, era uno de los tantos vecinos que ayer por la mañana intentaba abrir camino desde su casa a la calle. Una tarea casi imposible sabiendo que la arteria estaba completamente colapsada por el barro. ?Luz, gas y agua tenemos, pero todas las cloacas están colapsadas y te entra todo a la casa?, contó.
?Acá se necesitan máquina y un camión porque todo este lodo se va metiendo a la casa y si llega a llover se va meter de nuevo. En mi caso todavía no he podido limpiar porque el sábado lo único que hicimos fue para que no vuelva a entrar agua, pero en las calles de arriba todavía es peor. El problema que hay es que como no hay quien coordine los trabajos, muchas veces abren en un lado y se inunda en el otro”, sostuvo el vecino que tuvo que autoevacuarse con su mujer y su beba recién nacida.
Tal como explicó Ariel -y ratificaron otros vecinos-, la lluvia del domingo dificultó más las cosas, ya que “se volvió a inundar todo y el agua del canal de la Roca se vino toda para acá?.
Precisamente ese es el principal problema del sector: el canal evacuador de la avenida Roca que colapsó ante la fuerza del agua y todo lo que arrastraba consigo. Desde el municipio el domingo admitieron que ese conducto es una de las grandes preocupaciones de la zona sur y confirmaron que están trabajando arduamente para volver a garantizar su buen funcionamiento y evitar que el desborde afecte a todo ese barrio.
Mientras tanto, los vecinos del barrio Juan XXIII piden la llegada de máquinas y camiones que “chupa” permitan abrir las calles y limpiar todo el sector ante la amenaza de posibles llovías.

MAS DE 40 CM EN EL LIVING
A tres cuadras de la casa de Ariel, sobre Carrero Patagónico y Juana Azurduy, ayer la situación era similar a la calle paralela. Un jeep estaba prácticamente enterrado en el medio de la calle y algunos vecinos trabajaban para limpiar sus casas y patios. Otros optaban por esperar, resignados por todo lo que pasaba.
En una esquina, Pablo Pedroni abrazaba a su novia que no podía contener las lágrimas. El sector parecía de una ciudad desconocida y las casas de su abuelo y su padre aún estaban inundadas. ?Está es la peor parte. A mi viejo le entraron 40 centímetros y a mi abuelo a la altura de la rodilla… serán 80 centímetros. Los evacuaron el jueves y ahora están en la casa de mi hermano en kilómetro 5?, contó el joven.
Pablo aseguró que desde hace cuatro días están ?paleando y haciendo lo que tenemos que hacer. No tenemos luz porque hay un corto, las cloacas están colapsadas. La situación es crítica, ellos perdieron todo?, resumió, completamente resignado.
Angel, en tanto, que habita en Juana Azurduy a una cuadra de la avenida Kennedy, no ocultaba su bronca. ?En esta cuadra no pasó nunca una puta máquina?, sentenció.
El hombre, conocido en el ambiente del rock, aseguró que el problema en el sector comenzó cuando pavimentaron. Desde entonces cada vez que llueve intensamente se inundan las casas y esta vez fue peor, principalmente para sus vecinos.
“Nosotros por suerte zafamos, pero los vecinos de allá que son unos viejitos que hasta el día de hoy tienen la casa inundada?, lamentó. ?Y el almacén más antiguo, La Granja, hasta la mitad está de barro. Es un desastre y encima no hay coordinación de nada; a los maquinistas se les juntan veinte personas y no saben qué hacer, pobres?, agregó.
Mientras Angel hablaba con este medio, otro vecino recorría el barrio. Era Angel Aguado, quien al ver al equipo de este medio lo invitó a ver lo que sucedía en su casa para testimoniar el estado en que se encuentra ese sector, donde el agua aún hace flotar algunos objetos.
?Recién ahora vino la máquina y está drenando un poco. Ayer (por el domingo) nos inundamos de nuevo y no quedó nada. Acá flotó todo. Si hubiera drenado, los muebles se hubieran salvado, pero no me quedó ni ropa. Es más, esto que tengo puesto me lo prestaron?, lamentó, el hombre pidiendo que lleguen más máquinas y avancen los trabajos en el sector.
Con esto también coincidió Ricardo Vargas, quien optó por no autoevacuarse junto a su esposa y sus dos hijas pese a que hasta ayer tenía más de 40 centímetros de agua en su casa de Juana Azurduy y Tres Sargentos. ?Estamos así desde el miércoles y el jueves; con el barro no pudimos hacer nada más. Pero no tenemos contestación de Defensa Civil ni nada. Solo vinieron a sacar una camioneta que se quedó encajada?, lamentó el hombre, con la incertidumbre de no saber cuándo podrán volver a sus casas y todo volverá a la normalidad.

(Fuente: El Patagonico.)