Lo matan de un tiro en la cabeza

A José Luis González lo asesinaron en el interior del tráiler donde vivía hace dos meses, en el predio en construcción de una empresa del Stella Maris. El asesino le pegó un tiro en la cabeza cuando se asomó por la ventana.

El homicida se cortó con un vidrio roto al introducir una mano para disparar hacia el interior. Los investigadores siguieron el reguero de sangre y llegaron hasta una casa en la calle Código 640 de la extensión del mismo barrio. El sospechoso fue identificado como Juan Manuel Gómez y está detenido. Se trata del décimo segundo crimen en lo que va de 2015 en Comodoro Rivadavia.

José Luis González (29) se lavaba en una palangana el martes cerca de la medianoche cuando lo mataron. Además, en la mesa quedó la cena que iba a servirse. Vivía hace dos meses en un tráiler que la empresa Sur Hydraulics le prestaba. Había llegado desde Córdoba y le decía a quien le entablaba conversación que tenía una historia difícil y que allá había vivido en la calle. Que no le tenía miedo a nada.
Había tomado mate hasta las 22:30 junto a uno de los albañiles que trabajan en la obra en construcción de la empresa, en Gatica y Perón del barrio Stella Maris. Decidió quedarse a dormir allí y no ir hasta lo de su hermana en la zona norte porque supuestamente hoy haría algunos trabajitos en la obra.
Cuando salía la changa, él no dudaba en ayudar. A veces controlaba la carga y descarga de los materiales; todo era colaboración.
Cuando dormía en el tráiler, si escuchaba un ruido González llamaba a la policía. Es que en el obrador había herramientas de construcción y materiales, objetos que para la delincuencia son codiciados. En el obrador de esa empresa ya robaron más de cuatro veces. La última vez los delincuentes se llevaron hasta las hormigoneras. Incluso se supo que a los obreros los asaltaron en pleno día y a punta de pistola les llevaron herramientas.

LO MATARON AL ASOMARSE

El martes cerca de la medianoche un delincuente sorprendió a González adentro del tráiler. La luz del reflector estaba prendida. Se asomó a ver quién quería entrar y cuando acercó la cabeza a la puerta, un balazo terminó con su vida. El plomo que traspasó primero el cristal le ingresó por la frente y no tuvo orificio de salida. Quedó alojado en su cráneo, según lo que determinó la autopsia.
Luego de dispararle a González, el delincuente que no había podido entrar al tráiler introdujo una mano entre el vidrio roto y disparó otra vez hacia el interior. Quería rematar a quien se le había resistido. La segunda vez el disparo no pegó en el cuerpo de la víctima, sino que quedó incrustado en la pared.
El asesino se fue, pero se había cortado la mano y perdía sangre. Incluso quedó en la punta del vidrio un resto de piel.
El cuerpo de González fue encontrado recién ayer a las 8 por un albañil que ingresaba a la obra. Los obreros empezaban la jornada tomando mate con él.
El cuidador estaba tirado en el suelo y la puerta cerrada. El albañil buscó una llave e ingresó a ver qué le ocurría a “el cordobés”, como lo conocían.
En la frente tenía un hilo de sangre ya coagulada. El reflector estaba prendido.
Inmediatamente los responsables de la obra llamaron a la policía y en el lugar dirigió el procedimiento el jefe de fiscales, Juan Carlos Caperochipi.

SEGUIENDO EL RASTRO

Lo que determinaron los investigadores es que el ladrón no alcanzó a llevarse nada. Pero el hilo de sangre fue descubierto por los peritos de la Policía Científica. Las pequeñas gotas de sangre fueron seguidas minuciosamente por Fabián Millatruz y sus oficiales.
Los investigadores, junto al comisario Mariano Angel, ya habían logrado seguir el rastro de la sangre derramada por el homicida hasta la calle Código 640 de la extensión del Stella Maris, a dos cuadras de la obra en construcción.
Unas vecinas dijeron que escucharon los tiros y que los supuestos responsables corrieron hacia abajo, pero la policía no les creyó. La sangre marcaba el camino del homicida e ingresaba en una vivienda de la calle Código 640. Allí los investigadores encontraron las manchas de sangre en el portón.
Los policías querían saber quién vivía en ese lugar y a uno de los residentes de la casa, identificado como Juan Manuel Gómez, le descubrieron que tenía una mano cortada. En la madrugada del sábado, el sospechoso había sido uno de los implicados de los tiroteos que terminaron con un integrante de su grupo con un tiro en la mejilla. Se supo que pertenece al bando contrario al del denominado “tirador” del Stella Maris que protagonizó ese incidente.
A media tarde de ayer la policía cercó toda la cuadra a la espera de la orden del juez para detener al presunto autor. Puso consignas en la parte trasera de la casa del sospechoso y tramitaron una orden judicial para detenerlo. Además de su aprehensión fueron secuestradas dos armas, una escopeta y una tumbera, cuyos proyectiles serán cotejados con el extraído del cuerpo de la víctima, indicaron fuentes de la investigación.

(Fuente: El Patagonico.)