Durante años, la gallineta chica fue una presencia casi invisible en los humedales patagónicos. Ahora, un estudio en el noroeste de Santa Cruz revela datos inéditos sobre su comportamiento, reproducción y hábitat, y abre nuevas perspectivas para su conservación.
En los juncales del noroeste santacruceño, la vida se oculta entre los pastos altos. Hay un canto breve y agudo que a veces se escucha, pero casi nunca se ve. Es la gallineta chica, un ave esquiva que durante años fue apenas un eco entre los humedales. Pero ahora, una investigación del equipo de Parque Patagonia, liderado por Emanuel Galetto, permite conocerla más de cerca y revela información valiosa para su preservación.
Publicado recientemente en la revista Acta Zoológica Lilloana, el estudio sobre la gallineta chica (Rallus antarcticus) reúne más de seis años de trabajo en terreno. Con cámaras trampa, técnicas de captura y marcaje, y un seguimiento paciente y constante, el equipo logró recolectar un volumen de datos sin precedentes sobre su biología y ecología.
“Es un granito de arena que aporta a asentar las bases de nuevos trabajos que ayuden a la conservación de la especie”, señala Galetto. “Creo que nunca antes se había reunido tanta información sobre la gallineta chica, así que estamos muy contentos”.
Dos ciclos reproductivos y un enigma migratorio
Una de las revelaciones más destacadas del estudio es que la gallineta chica presenta dos eventos reproductivos por año, uno en primavera y otro en verano. Este hallazgo resulta fundamental para comprender su potencial de recuperación poblacional. “Saber que puede reproducirse dos veces al año permite pensar en estrategias de manejo más efectivas, con mayores probabilidades de éxito en la restauración de su hábitat”, explica Galetto.
Aunque aún no está claro si la especie es completamente migratoria o parcialmente residente, el monitoreo permitió detectar que al menos una parte de la población permanece durante el invierno en los juncales del Cañadón Caracoles.
“La migración es nuestro próximo desafío. Necesitamos encontrar el método para descifrar este enigma”, dice Galetto. La hipótesis de una migración parcial se basa en registros concretos con cámaras trampa, que muestran que algunos individuos abandonan el sitio y regresan meses después a los mismos territorios.
La investigación también ayudó a precisar las condiciones ambientales clave para la especie: humedales sanos, con cobertura vegetal abundante (principalmente juncales), disponibilidad continua de agua y ausencia de especies exóticas. “En los sitios donde se trabajó para controlar especies invasoras, restaurar cauces de agua y recuperar la vegetación nativa, la gallineta chica volvió a aparecer”, resume el conservacionista.
La gallineta y los humedales: una relación en riesgo
El estudio se desarrolló principalmente en un juncal de la Estación de Campo “El Unco”, en la región del Parque Patagonia, donde el retiro del ganado, la remoción de terraplenes y la recuperación hídrica permitieron ampliar el humedal, de 8 a 22 hectáreas. La respuesta fue evidente: el juncal se llenó de vida y la gallineta volvió a habitarlo, criando a sus pichones y expandiendo su rango.
Sin embargo, los riesgos persisten. “La reducción y uso intensivo de los escasos humedales de la Patagonia, sumado a la aparición de especies exóticas, probablemente afecten la supervivencia y reproducción de la especie”, advierte Galetto.
En el paper se explica también cómo la depredación por parte del visón americano —una especie invasora— y el sobrepastoreo son amenazas importantes que han provocado la desaparición de la gallineta chica en varias zonas donde antes era común verla.
“La gallineta nos está mostrando caminos para cuidar mejor los humedales”, dice Galetto.
Silenciosa, esquiva, fantasma de los juncales, es más fácil de oír que de ver. Pero está ahí, en el corazón de un ecosistema en riesgo. Conocerla, entenderla y protegerla no es solo una tarea científica: es también un gesto de compromiso con esos ambientes que todavía nos permiten imaginar futuros posibles.
Fuente: Ahora Calafate
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